Exposición Aviadores de la República», «Entrevista a David Jorge: “La Guerra Civil debe conocerse como la Guerra de España. Esta tendencia se observa desde hace varios años y nada hace pensar que vaya a disminuir en los próximos. Para: Caracteristicas.co. En el Decreto n.º 1 que publicó la Junta se establecía que esta asumía «todos los poderes del Estado» y que representaría al país ante los poderes extranjeros, aunque en las semanas siguientes ningún país la reconoció y siguió considerando como gobierno legítimo de España al de Madrid presidido por el republicano de izquierda José Giral. [187], Pero lo más urgente era lograr la unidad de mando militar. Especial La LIJ y la Guerra Civil Española», Más noticias de la AACE: «Los cómics y la Guerra Civil», «Aproximación al arte español, 1936–1939 — Manuel García i García». Además ese estudio constata que el número de víctimas mortales causadas por la violencia política fue disminuyendo en esos cinco meses. [29], El resultado de las elecciones de febrero de 1936 fue un reparto muy equilibrado de votos con una leve ventaja de las izquierdas (47,1 %) sobre las derechas (45,6 %), mientras el centro se limitó a un 5,3 %. Esta estrategia la inició en Madrid cuando en noviembre de 1936 fracasó el ataque frontal contra la ciudad y la continuó con el bombardeo de Durango, el bombardeo de Guernica, el bombardeo de Lérida, los bombardeos aéreos de Barcelona en enero de 1938, los bombardeos aéreos de Barcelona en marzo de 1938,[177] el bombardeo del mercado central de Alicante, el bombardeo de Granollers y los bombardeos sobre diversas poblaciones catalanas en los meses finales de la guerra, especialmente los de Figueras, y cuyas víctimas principales fueron mujeres y niños en un momento en que el ejército republicano ya no existía en Cataluña. Organizaron, aunque sin éxito, un golpe de Estado en 1932. De los 210 000 soldados de tropa y suboficiales que teóricamente formaban el ejército regular en 1936, unos 120 000 quedaron en la zona sublevada, per… La idea italiana de la ofensiva era atacar Madrid desde el noreste dirigiéndose a Guadalajara y una vez tomada esta ciudad cortar la carretera de Valencia y entrar en la capital. [248] Estados Unidos, por su parte, contempló la posibilidad de eludir el pacto y levantar el embargo sufrido por la República española, motivada por la preocupación con que la Administración Roosevelt veía el auge del nazismo; pero la oposición mostrada a ambos lados del Atlántico por la jerarquía eclesiástica católica, deseosa de una victoria franquista, frustró tal iniciativa. Como ha señalado el historiador Francisco Alía Miranda, de la Universidad de Castilla-La Mancha, hay que tener presente que la mayoría de los 18.000 oficiales que había en España en julio de 1936 aplaudieron el golpe, ya que predominaba entre ellos una mentalidad conservadora, corporativa y militarista. Una división que podía remontarse al siglo XIX cuando tuvo lugar el difícil proceso de cambio que se inició en 1808 para poner fin al absolutismo que lastraba al país, manteniendo fuertes diferencias económicas entre privilegiados y no privilegiados, y que el moderantismo decimonónico solo consiguió superar en parte. Siguiendo esta ruta para llegar a la capital se unirían las dos zonas controladas por los sublevados. Tardaremos aún mucho tiempo para que los jefes de nuestro ejército se comporten como es debido. Tras los sucesos de mayo de 1937 y la formación del gobierno de Juan Negrín en el que el ministerio de justicia fue ocupado por el católico del PNV Manuel de Irujo cesaron completamente los asesinatos y la mayoría de los sacerdotes que estaban en prisión fueron puestos en libertad. La crisis estalló por los enfrentamientos iniciados en Barcelona el lunes 3 de mayo de 1937 cuando un destacamento de la Guardia de Asalto por orden de la Generalidad intentó recuperar el control sobre el edificio de la Telefónica en la plaza de Cataluña, en poder de la CNT desde las jornadas «gloriosas» de julio de 1936. Numerosas obras literarias, fílmicas y artísticas han retratado el horror de la Guerra Civil Española. Madrid resistió el primer embate y rechazó los siguientes, deteniendo así el avance del ejército rebelde». ¡Qué entusiasmo entonces! De hecho, al término de la guerra, el papa Pío XII felicitó a Franco por su “victoria católica”. [88] Esta primera campaña de la Guerra Civil fue conocida con el nombre de batalla de Guadarrama. «El magistrado de la Sala Segunda del Supremo, Señor Pedregal, muerto a balazos por dos desconocidos». [164] El historiador Michael Alpert, en su estudio titulado La guerra civil española en el mar, afirma que las «dos marinas de guerra españolas tuvieron que rehacerse», pero que la «gubernamental no consiguió estar a la altura del momento y, a pesar de contar con la mayoría de las unidades de la flota, desempeñó un papel defensivo durante la mayor parte de la contienda». El número de pérdidas es debatible; las estimaciones sugieren que entre 500 000 y un millón de personas fallecieron. [171], Al principio de la Guerra Civil, la marina del bando sublevado era muy inferior a la marina gubernamental pues solo contaba con el acorazado España (botado en 1913 y que en julio de 1936 se encontraba en dique seco); los cruceros ligeros República, rebautizado como Navarra, (botado en 1920 pero que se encontraba en reparaciones y no entró en servicio hasta muy avanzada la guerra, en agosto de 1938), y el Almirante Cervera (botado en 1928); el destructor Velasco (botado en 1923); cinco torpederos; tres cañoneras y cinco guardacostas. Así por ejemplo, «en febrero de 1942 el consulado general de México en Vichy censó a 13 400 españoles de formación superior que deseaban salir de la Francia ocupada; entre ellos 1743 médicos, 1224 abogados, 431 ingenieros y 163 profesores de los 430 que poseía España en 1936».[341]. [167][168], A pesar de contar con una flota tan importante, el problema residió en que a lo largo de la guerra no se consiguieron superar los efectos de la represión que tuvo lugar en el momento del golpe de Estado de julio de 1936 cuando la marinería y los suboficiales se rebelaron para impedir que los barcos se sumaran a la sublevación, ya que la inmensa mayoría de la oficialidad era partidaria del golpe. [96] El mismo día que era levantado el asedio, el 28 de septiembre, el general Franco era nombrado por sus compañeros de sublevación no solo «generalísimo de las fuerzas nacionales de tierra, mar y aire», sino también «jefe del Gobierno del Estado Español, mientras dure la guerra». Fue el propio Gil Robles el primero que intentó sin éxito que el presidente del gobierno en funciones Manuel Portela Valladares declarase el «estado de guerra» y anulara los comicios. [95], El 21 de septiembre el Ejército de África tomaba el pueblo de Maqueda, a menos de 100 kilómetros de Madrid. Actas V (1974). El exilio forzoso de muchos represaliados antes, durante y después de la guerra es difícil de cuantificar. [299], Cuando se produjo el triunfo de los «nacionales» en la guerra, la «Iglesia española, que se había adherido masivamente al alzamiento, se volcó con entusiasmo en las fiestas de la victoria sobre la otra media. La elección del término no es casual”.», «La dictadura de Franco fue fascista y genocida», El último genocidio negado: 'Verdad, justicia y reparación' para las víctimas de todas las formas de genocidio, «Juzgado Central de Instrucción n.º 5. [107] Los sublevados organizaron un importante ejército, llamado División Reforzada de Madrid, que contaba con tanques italianos, baterías antitanque para contrarrestar los T-26 soviéticos y artillería pesada. [102] «Quienes se quedaron en Madrid no pudieron interpretar estos hechos sino como una vergonzosa huida... sobre todo porque los madrileños fueron capaces de organizar su defensa». Pero una vez decidido el mando único en el terreno militar aún quedaba por dilucidar el mando político. Entre los días 6 y 9 de enero la División Reforzada atacó hacia el norte y luego giró al este al llegar a la carretera de La Coruña, pero las fuerzas republicanas resistieron y los «nacionales» tuvieron que desistir en su avance. Informes posteriores indicaban que la situación no había mejorado.[169]. .mw-parser-output .flexquote{display:flex;flex-direction:column;background-color:#F9F9F9;border-left:3px solid #c8ccd1;font-size:90%;margin:1em 4em;padding:.4em .8em}.mw-parser-output .flexquote>.flex{display:flex;flex-direction:row}.mw-parser-output .flexquote>.flex>.quote{width:100%}.mw-parser-output .flexquote>.flex>.separator{border-left:1px solid #c8ccd1;border-top:1px solid #c8ccd1;margin:.4em .8em}.mw-parser-output .flexquote>.cite{text-align:right}@media all and (max-width:600px){.mw-parser-output .flexquote>.flex{flex-direction:column}}, Además en el bando republicano la unidad de mando solo se logró (y nunca fue completa) a mediados de 1937 cuando el Ejército Popular estuvo completamente estructurado y, por otro lado, solo a partir de ese momento las necesidades militares se impusieron sobre las de la vida civil (marcada por la Revolución Social de 1936). El viernes 7 de mayo la situación pudo ser controlada por las fuerzas de orden público enviadas por el gobierno de Largo Caballero desde Valencia, ayudadas por militantes del PSUC, aunque la Generalidad pagó el precio de que le fueron retiradas sus competencias sobre orden público. [252] La República, que a partir de octubre de 1936 comenzó a recibir la ayuda soviética, denunció ante la Sociedad de Naciones la intervención de las potencias fascistas en favor de los sublevados, aunque estas nunca fueron amonestadas. Sin embargo el cierre de la crisis con los acuerdos de Múnich del 29 de septiembre de 1938, según los cuales Checoslovaquia debería entregar los Sudetes a Hitler, supuso una nueva derrota para la República en el plano internacional porque el acuerdo significaba que las potencias democráticas, Francia y Gran Bretaña, continuaban con su política de «apaciguamiento» respecto de la Alemania nazi, y si no intervenían para defender a Checoslovaquia menos lo harían para ayudar a la República española. [63], El 8 de marzo de 1936 tuvo lugar en Madrid, en casa de un amigo de Gil Robles, una reunión de varios generales (Emilio Mola, Luis Orgaz Yoldi, Villegas, Joaquín Fanjul, Francisco Franco, Ángel Rodríguez del Barrio, Miguel García de la Herrán, Manuel González Carrasco, Andrés Saliquet y Miguel Ponte, junto con el coronel José Enrique Varela y el teniente coronel Valentín Galarza, como hombre de la UME), en la que acordaron organizar un «alzamiento militar» que derribara al gobierno del Frente Popular recién constituido y «restableciera el orden en el interior y el prestigio internacional de España». [251], Pero en la práctica la política de «no intervención» se convirtió en una «farsa», como la calificaron algunos contemporáneos, porque Alemania, Italia y Portugal no suspendieron en absoluto sus envíos de armas y municiones a los sublevados. [56], El aumento de la violencia política y el crecimiento de las organizaciones juveniles paramilitares tanto entre la derecha (milicias falangistas, requetés carlistas) como entre la izquierda (milicias de las juventudes socialistas, comunistas y anarquistas), y entre los nacionalistas vascos y catalanes (milicias de Esquerra Republicana de Catalunya y del PNV), aunque no estaban armadas y su actividad principal era desfilar, provocó la percepción entre parte de la opinión pública, especialmente la conservadora, de que el gobierno del Frente Popular presidido por Santiago Casares Quiroga no era capaz de mantener el orden público, lo que servía de justificación para el «golpe de fuerza» militar que se estaba preparando. Última edición: 17 de abril de 2020. [145] Artesa de Segre fue tomada el 4 de enero, Tárrega el 15, el 21 Villafranca del Panadés, el 22 Igualada y el 24 alcanzaron el río Llobregat. [166], Al principio de la Guerra Civil, la marina republicana era muy superior a la que quedó en manos de los sublevados, pues estaba integrada por la práctica totalidad de la Armada española de aquel entonces: el acorazado Jaime I (botado en 1914); los cruceros ligeros Libertad (botado en 1925), Miguel de Cervantes (botado en 1928) y Méndez Núñez (botado en 1923); dieciséis destructores en servicio o a punto de entregar; siete torpederos; doce submarinos (del submarino Isaac Peral (C-1) al submarino C-6 y del submarino B-1 al submarino B-6); un cañonero; cuatro guardacostas y la casi totalidad de la Aeronáutica Naval. La propia declaración del estado de guerra fue divergente en ambos bandos: el Gobierno republicano no declaró el estado de guerra hasta casi su final (para mantener el control civil de todas las instituciones), mientras que el Gobierno de Franco no levantó la declaración hasta varios años después de terminada (para garantizar su control militar). El 1 de abril de 1939 la radio del bando rebelde (Radio Nacional de España) difundía el último parte de la guerra civil española, que decía lo siguiente: En la guerra civil española predominaron las acciones terrestres sobre las marítimas, y las marinas de ambos bandos evitaron las grandes acciones de guerra por motivos políticos y estratégicos. La ayuda italo-germana permitió a los militares sublevados trasladar el Ejército de África a la península a finales de julio de 1936 y la ayuda soviética contribuyó de modo decisivo a la defensa republicana de Madrid en noviembre de 1936». Se trató de una serie de huelgas socialistas en contra del gobierno electo. [49] La respuesta del gobierno de Azaña fue prohibir el partido y detener el 14 de marzo a su máximo dirigente José Antonio Primo de Rivera, pero el paso a la clandestinidad no impidió que siguiera perpetrando atentados y participando en reyertas con jóvenes socialistas y comunistas. La estrategia era reprimir duramente los movimientos populares, como los sindicatos y los partidos de izquierda. Este último organizó un fracasado golpe de Estado en agosto de 1932 encabezado por el general Sanjurjo. Además, suministraron tropas que tuvieron enorme incidencia en la guerra, como en el trágico bombardeo del pueblo de Guernica por las aviaciones alemana e italiana. Portugal, bajo el mando de Anónio de Oliveira Salazar, también apoyó a los insurrectos. En este ataque a Largo Caballero contaban con el apoyo de la fracción socialista de Indalecio Prieto, que controlaba la dirección del PSOE, que como los comunistas querían eliminar del gobierno a las organizaciones sindicales, UGT y CNT, y reconstruir el Frente Popular. [260] También hay que contar entre los extranjeros que participaron en el bando sublevado a los miles de marroquíes del Protectorado español de Marruecos que fueron enrolados de forma intensiva en las tropas de Regulares del Ejército de África a cambio de una paga.[254]. El gobierno monárquico era incapaz de resolver las dificultades generadas por el atraso económico. [82] La muerte en un accidente de aviación en los primeros días del golpe del general Sanjurjo, que era el militar elegido por sus compañeros para encabezar la sublevación, hizo que el mando en la zona sublevada quedara entonces repartido entre los generales Emilio Mola y Francisco Franco, pero solo dos meses después, el 1 de octubre, el general Franco asumió el mando único militar y político (el general Mola murió en otro accidente de avión al año siguiente, el 3 de junio de 1937). Iglesias, edificios y casas destruidasen diferentes ciudades. [310], Las autoridades republicanas (especialmente los gobiernos autónomos de Cataluña y del País Vasco) intentaron evitar los asesinatos de sacerdotes y religiosos, y en general de las personas de derechas y de militares. Largo Caballero, que además de la presidencia asumió el ministerio clave de Guerra, entendió este gobierno como una gran «alianza antifascista», y así dio entrada en el gabinete al mayor número posible de representaciones de los partidos y sindicatos que luchaban contra la rebelión «fascista» (como llamaban las organizaciones obreras a la sublevación militar de julio). Fueron mucho menos numerosas, debido a la menor cantidad de productoras (ocho frente a más de cincuenta republicanas); Relatos autobiográficos de gran valor literario e histórico son: En las trincheras llegaron a circular más de 500 cabeceras, Gran difusión tuvo el sello de ayuda internacional. También ganó el significado de combate entre dos ideologías opuestas: el fascismo y la democracia. [67] Una segunda diferencia respecto de 1923 era que la actitud de las organizaciones obreras y campesinas no sería de pasividad ante el golpe militar sino que como habían anunciado desencadenarían una revolución. En la zona sublevada la muerte en accidente de aviación del que iba ser el jefe de la rebelión, el general Sanjurjo, provocó que los generales sublevados decidieron crear el jueves 23 de julio una Junta de Defensa Nacional, que quedaría constituida al día siguiente en Burgos, y que estaría integrada por los generales Miguel Cabanellas, que fue nombrado presidente de la Junta por ser el general más antiguo entre los sublevados, Andrés Saliquet, Miguel Ponte, Emilio Mola y Fidel Dávila, además del coronel Federico Montaner y el coronel Moreno Calderón. [151] Allí se desató una última batalla entre los que consideraban inútil seguir combatiendo y los que todavía pensaban que «resistir es vencer» (esperando que las tensiones en Europa acabaran estallando y Gran Bretaña y Francia, por fin, acudirían en ayuda de la República española, o que al menos impondrían a Franco una paz sin represalias),[152] pero el cansancio de la guerra y el hambre y la crisis de subsistencias que asolaba la zona republicana estaban minando la capacidad de resistencia de la población. El Consejo emitió un manifiesto por radio dirigido a la «España antifascista» en el que se deponía al gobierno de Negrín, pero no hablaba para nada de las negociaciones de paz. La operación iniciada el 8 de agosto al mando del capitán Bayo tuvo un éxito inicial al conseguir ocupar una franja de la costa de Mallorca, pero el desembarco de Mallorca acabó en un completo fracaso. La Exposición Internacional de París de 1937 alojó un Pabellón de España gestionado por el gobierno de la República en que, entre otros testimonios de la guerra, se presentó el Guernica de Pablo Picasso, la Fuente de Mercurio de Alexander Calder, La Montserrat de Julio González, El campesino catalán en rebeldía de Joan Miró, Descubierta y Fusilados de Modesto Ciruelos, Aviones Negros de Horacio Ferrer o El pueblo español tiene un destino que conduce a una estrella de Alberto Sánchez Pérez. En el contexto de la guerra fueron muchos los que se aprovecharon para realizar tan macabros actos, a veces por venganza sin relación con la propia contienda, y cuando una zona caía en manos de uno u otro bando, no tardaban en llegar los paseos. Aunque las milicias republicanas consiguieron contener el ataque tierra adentro, el día 5 de febrero convergieron varias columnas sobre Málaga encabezadas por las fuerzas italianas. Las causas del conflicto pueden resumirse en: 1. Los sectores privilegiados, al ver tocados sus intereses, iniciaron una resistencia al gobierno republicano. [333] Los magistrados discrepantes consideraron que el juzgado sí era competente al ser los hechos investigados «delitos de lesa humanidad y genocidio», por constituir una «sistemática y masiva eliminación de adversarios políticos» tras la contienda. Los alemanes aportaron cruceros, pero estos no intervinieron, salvo en el bombardeo de Almería por el Admiral Scheer el 31 de mayo de 1937, efectuado en represalia por el ataque aéreo que había sufrido el 28 de mayo de 1937 el acorazado de bolsillo Deutschland en Ibiza. [90], También desde la ciudad condal se organizó una expedición a las islas Baleares, de las que solo Menorca continuaba republicana. Estos buscabanderrocar al gobierno del Frente Popular que había ganado las elecciones de f… La Guerra Civil Española fue un episodio complejo de la historia española, en el que se opusieron modelos muy distintos de país, de gobierno y de cultura nacional: conservadores versus liberales, dictadura militar versus democracia, fascismo versus comunismo y anarquismo, cultura católica versus ateísmo, y también una intensa lucha de clases. [185] Su Decreto número 1 establecía que asumía «todos los poderes del Estado»[185] y en sucesivos decretos extendió el estado de guerra que los sublevados habían proclamado en cada sitio a toda España (lo que sirvió de base para someter a consejos de guerra sumarísimos a todos los que se opusieran a la rebelión militar),[186] ilegalizó los partidos y sindicatos del Frente Popular y prohibió todas las actuaciones políticas y sindicales obreras y patronales «mientras duren las actuales circunstancias» (Decreto del 25 de septiembre). La conspiración militar y golpe de Estado de julio de 1936, en que 70% de las fuerzas armadas se alzaro… [36][37] Así el 19 de abril el ministro de Agricultura, Mariano Ruiz Funes, presentaba varios proyectos de ley, entre ellos uno que derogaba la Ley de Reforma de la Reforma Agraria de agosto de 1935, que se convirtió en ley el 11 de junio, por lo que volvía estar en vigor plenamente la Ley de Reforma Agraria de 1932. Pero como el sistema electoral primaba a los ganadores, esto se tradujo en una holgada mayoría para la coalición del Frente Popular. [102] «Quienes se quedaron en Madrid no pudieron interpretar estos hechos sino como una vergonzosa huida... sobre todo porque los madrileños fueron capaces de organizar su defensa. [215], La entrega de armas a los partidos y organizaciones obreras hizo que estas constituyeran rápidamente «milicias armadas para hacer frente a la rebelión en el terreno militar y para proceder a una profunda revolución social (desentendiéndose de las autoridades republicanas, a las que no derribaron): incautaron y colectivizaron explotaciones agrarias y empresas industriales y mercantiles para asegurar la continuidad de la producción y distribución de bienes, y se hicieron cargo del mantenimiento de las principales funciones competencia del Estado. El 10 de agosto tomó Mérida y el 15 Badajoz, estableciendo a continuación contacto con las fuerzas sublevadas del norte. [112], El día 8 de marzo comenzó el ataque y en la noche del 9 al 10 de marzo la 3.ª División italiana tomaba Brihuega y el día 11 Trijueque encontrando una fuerte resistencia de las fuerzas republicanas, entre las que se encontraban la XI y la XII Brigadas Internacionales (de las que formaba parte el batallón Garibaldi integrado por italianos antifascistas), apoyadas por las unidades de tanques soviéticos y por la aviación, y ayudadas por el mal tiempo (los suelos embarrados por la lluvia dificultaba el avance de los vehículos e impedía el despegue de los aviones de los campos encharcados, mientras que los aviones republicanos sí disponían de campos de aviación utilizables). Algunos videojuegos cubren combates de la guerra civil española: Posteriormente, el 18 de noviembre del mismo año, el mismo tribunal decidió extinguir su responsabilidad al haberse certificado su fallecimiento.[b][18].